CÓMO PREPARAR UNA BUENA CONFESIÓN

Para confesarse es necesario comenzar "por la escucha de la voz de Dios" seguido del "examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada".

El examen de conciencia

A continuación, las 30 preguntas propuestas por el Papa Francisco para hacer una buena confesión:

En relación a Dios

¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me rebelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

En relación al prójimo

¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?

¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?

En relación a mí mismo

¿Soy un poco mundano y poco creyente? ¿Como, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?



EXAMEN DE CONCIENCIA PARA LA CONFESIÓN (1 Cor 13)

"..si no tengo amor no soy nada...

El amor es paciente, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume, ni se engríe; el amor no es maleducado ni egoísta; el amor no se irrita; ni lleva cuentas del mal; el amor no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El amor disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca"

El amor es paciente... Perdón Señor, por mis impaciencias Contigo, por mis rebeldías contra tu Voluntad. Mis impaciencias con los hombres, mis impaciencias en la adversidad, mi rechazo sistemático del dolor, del sufrimiento, de la incomodidad, mi tributo al hedonismo, mi búsqueda del placer

Es Servicial... Perdón Señor por no entender la vida como servicio a ti en los hermanos. Por no poner mis talentos y mis recursos a disposición de los demás, por mi tacañería en dar mi tiempo, mi cariño, mis potencialidades. Por mi pereza, mi inactividad, mi falta de compromiso, mi deserción en la lucha en el momento crucial que vivimos. Perdón por tantos pecados de omisión, por mi falta de identificación con las necesidades de los marginados, con los que sufren en el cuerpo y en el espíritu.

No tiene envidia...Perdón Señor, por mi envidia, por mi afán por compararme con los que son más o tienen más. Mi dolor del bien ajeno, mi empeño en ser más que los otros, en quedar mejor, en ser más estimado.

No presume... Perdón Señor por mi vanidad, mi presunción, mi vida de apariencias, mi superficialidad, mis palabras altaneras, mi autoritarismo y despotismo.

Ni se engríe... Perdón Señor, por mi soberbia, el culto a mí mismo, mi falta de humildad ante los hombres, ante ti, por constituirme el centro de mi mundo, por tener en mí y no en Ti el centro de gravedad. Por no aceptar la postura auténtica del pecador necesitado de tu perdón y tu misericordia y por no sentirme deudor ante los hombre y ante Ti.

No es maleducado... Perdón Señor, por mi falta de moderación, de sobriedad, de austeridad, por mis excesos y despilfarros. Por mis faltas de pudor, por mis impurezas en palabras y obras, por mi chabacanería, mis faltas de atención, mis groserías.


Ni egoísta...Perdón Señor, por vivir para mi mismo sin preocupación por los demás. Mi empeño desmedido en acrecentar lo mío, mis intereses, mi dinero, mi instalación en este mundo, mi placer, mi comodidad.

No se irrita...Perdón Señor, por mi falta de mansedumbre, mis enfados, mis ataques de ira, mi falta de dominio y control, mis indignaciones, mis incomprensiones, mis salidas de tono.

No lleva las cuentas del mal...Perdón Señor, por mi insistencia en fijarme en lo malo, por revolver el mal, en manifestar los defectos ajenos. Por las críticas, las detracciones, las calumnias, la exageración del mal ajeno, la propensión a admitir lo malo en los demás, a juzgar severamente, a condenar al hermano, a malinterpretar sus intenciones.

No se alegra con la injusticia... Perdón Señor, por mi connivencia con el mal, por ceder cuando me conviene, por transigir por interés o comodidad. Por mis pecados contra la injusticia. Por no dar a cada uno lo suyo. Por mi falta de respeto a lo ajeno. Por mi falta de cumplimiento del deber. Por no darte a Ti el puesto que te corresponde en mi vida, por mi falta de oración, de piedad y de práctica de los Sacramentos. Por mi falta de respeto, amor y obediencia a la Iglesia.

Sino que goza con la verdad... Perdón Señor, por mis faltas de sinceridad, mi hipocresía, mi falta de apertura a la verdad y sus tremendas consecuencias, mis infidelidades a Ti y a mis hermanos, mi falta de lealtad.

Disculpa sin límites,,, Perdón Señor, por mi resistencia al perdón, por mi rencor, mis recuerdos de los males recibidos, mi dificultad para olvidar.

Cree sin límites... Perdón Señor, por mi falta de fe, por dudar de Ti y de los hermanos, por mis desconfianzas en Tu Amor, por no saber abandonarme en Ti, por mi excesiva confianza en mí mismo.

Espera sin límites... Perdón Señor, por mi falta de confianza y esperanza, por desesperar de los demás, por mi susceptibilidad, por mi facilidad de sentirme herido.

Aguanta sin límites... Perdón Señor, por mi cansancio, mi desgana, mi apatía, mi aburrimiento, mi deserción, mi desilusión, por mi facilidad en desistir y ponerme de espaldas.

El amor no pasa nunca... Perdón Señor, porque aún no he empezado a amar de veras.